X. Conclusión

Hasta aquí hemos ofrecido un esquema fiel del pensamiento filosófico zapoteca, no lo sabemos con certeza absoluta; ya que ningún autor asume nunca una actitud completamente objetiva. De todas maneras la inspiración, si la hay, téngame por cierto que obra es de las musas autóctonas a cuyo hechizo hemos sucumbido de modo irresistible.

Hemos hecho según lo que hemos podido, entendido y sabido. Humanos como somos no estamos exentos de defectos, “el que más supiere y a más se atreviere tire la barra más lexos quanto alcançaren sus fuerças, que la puerta le queda abierta” “Y reciba mi boluntad que yo quisiera que no tuviera falta alguna”. Queda al menos la satisfacción de haber ofrecido un nuevo punto de vista de considerar los problemas que puede ser, quizá, un aporte para la integración cultural de México en general, y de su pensamiento filosófico en particular, pues lo que interesa en el progreso de la ciencia son no tanto las materias o contenidos (que pueden ser los mismos) cuanto los nuevos puntos de vista y los nuevos enfoques. Vaya, como una contribución al respecto, estas cuantas páginas escritas cum studio et amore.

Podríamos, en efecto, seguir indefinidamente reiterando sobre los mismos temas o sobre otros la forma y estructura del pensamiento filosófico zapoteca; pero para nuestro objeto basta.

El ritmo sería el mismo, con otro espacio y otro tiempo si se quiere; pero la misma modulación, el mismo esquema, el mismo retumbo aunque distinta intensidad de acuerdo con la fuerza y la agilidad del éthos. La forma no variaría, lo que variaría sería el contenido. El pensamiento puede cambiar pero sus leyes se mantienen firmes. La “gran parturienta”, amante celosa de sus hijos, repudia toda ley que no relacione las cosas con ella y se hace sorda a cualquier otro verbo que no sea el que llevan a cuestas los Vinniguenda. Cambiemos el esquema y cambiaremos eo ipso la filosofía. El platonismo y democritismo, aris­to­te­lis­mo y kantismo, marxismo y existencialismo, etc., no son mas que esquemas distintos para explicar las cosas: esquemas poético-artístico y matemático, naturalista y jurídico, económico e individualista. Sin embargo, el esquema más sen­ci­llo es el nuestro como que salió por primera vez de la boca de un bebé cuando, cediendo al impulso de una fuerza extraña, dijo retozando: “¡mamá!”.

Resta, por último, manifestar nuestra gratitud a todos aquéllos, maestros y amigos, que de alguna manera han sido estímulo para perseverar en nuestra empresa.

Ellos son: el maestro Samuel Ramos (de grata memoria, Dr. José Gaos (“En torno a la Filosofía Mexicana”), José Vasconcelos, Dr. Oswaldo Robles. El Mtro. Juan Hernández Luna y el Dr. Eusebio Castro que nos permitieron hacer nuestros pininos en la Revista de la Facultad de Filosofía y Letras y en “Lógos”, revista de la Mesa Redonda de Filosofía. El poeta de Amanalco, Edo. de México Alfonso Guadarrama quien ha sido nuestro aquijón eterno. Los maestros Martín Vergara y Baldomero Estrada Morán. Y de modo especial, al actual Director de la Facultad de Filosofía y Letras Dr. Francisco Larroyo, a cuya instancia se debe la presentación de esta tesis si así puede llamarse esta breve síntesis. A todos ellos nuestro reconocimiento y gratitud.


Siguiente: XI. Bibliografía.


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