Yo soy mi casa 

I

Casa redonda tenía 

de redonda soledad: 

el aire que la invadía 

era redonda armonía 

de irrespirable ansiedad. 

 

Las mañanas eran noches, 

las noches desvanecidas, 

las penas muy bien logradas, 

las dichas muy mal vividas. 

 

Y de ese ambiente redondo, 

redondo por negativo, 

mi corazón salió herido 

y mi conciencia turbada. 

Un recuerdo mantenido: 

redonda, redonda nada.

 

 

 

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