Yo soy mi casa I Casa redonda tenía de redonda soledad: el aire que la invadía era redonda armonía de irrespirable ansiedad.
Las mañanas eran noches, las noches desvanecidas, las penas muy bien logradas, las dichas muy mal vividas.
Y de ese ambiente redondo, redondo por negativo, mi corazón salió herido y mi conciencia turbada. Un recuerdo mantenido: redonda, redonda nada.
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